Fuente de la Boticaria
La Fuente de la Boticaria
Al entrar al Jardín de la Isla desde el Parterre por el puente oriental nos encontramos directamente con la fuente de la Boticaria, antesala del arranque del paseo de los Reyes Católicos, salón plantado de plátanos que fue realizado, junto con el dique alto sobre el Tajo, en 1777 (durante el reinado de Carlos III), y rematado con una baranda hacia el río formada por pedestales con jarrones y barandilla de hierro, y cuya longitud sobrepasa los 300 metros.
Situada junto al dique alto del Tajo, tiene vaso circular y en su centro presenta las figuras de dos niños que sobre una especie de caja mientras uno sostiene y otro presiona un gran émbolo, por donde fluye un chorro del agua. En alusión a esta “jeringuilla” se la conoce popularmente como fuente de La Boticaria. Estas dos figuras se alzan sobre un promontorio rocoso al que flanquean cuatro peces fabulosos vertiendo agua por sus bocas mientras sostienen sendas piletas en forma de conchas.
Existe una orden de Felipe IV en 1656 para que se colocase una fuente o estanque donde entonces terminaba la isla. En 1729 Felipe V decidió formar allí un parterre sobre fuertes muros de contención, a modo de mirador sobre el Tajo, derribando la pared que limitaba la isla y dejando el paso a Picotajo dentro del Jardín. Este apéndice del Jardín se llamó La Isleta.
Aunque ya estaba contemplada entre 1731 y 1737 en el proyecto con siete estanques de los arquitectos e ingenieros franceses Esteban Marchand y Leandro Bachelieu*, data de 1807. Es obra del escultor Hermenegildo Silici y hasta 1889 estuvo en los jardines de El Príncipe, próxima a la Casa del Labrador. Aunque es de estilo italiano, realmente hablamos de un arte arquitectónico sometido a demandas más amplias que las estrictamente italianas.